domingo, 15 de marzo de 2009

Momentos...

Si de algo estoy seguro es que en el ocaso de los momentos se generan los pensamientos más claros y simples de la vida. Pero hay ocasiones en donde se pueden apreciar de la manera más transparente aquellos pensamientos restringidos por el paso del tiempo, sellados tan internamente que ni la más remota experiencia hubiera sido capaz de extirparla de aquella prisión helada y oculta a todos, pensamientos que querían salir, liberarse pese a todo, pensamientos tan humanos como el deseo de vivir en este enajenado mundo. Expulsar todo aquello por lo que se sufrió en algún momento, recordar que la vida continúa su rumbo sin que se pueda hacer más que adaptarse a los tiempos.

Quiero sentirme viviendo fuera de mi mente, realizando aquello cuanto anhelo, realizando las cosas como me parecen correctas, desatar mis manos, mis pies y correr, correr hasta desfallecer en los brazos eternos del hada más perfecta que pudo concretar la madre naturaleza. Ya no quiero evitar esta avalancha de emociones que me inundan, que llenan cada espacio de mi mente. Estos momentos son los que me hacen recordar quien soy, donde estoy, que mi existencia puede servir para que alguien más sea momentánemente feliz. La felicidad momentánea puede existir y es posible, si el corazón, la mente y el alma están dispuestas a vivirla. Una y otra vez digo, lo momentáneo no quiere decir que no pueda durar una eternidad.

Así me siento, así las cosas... así el, momento... feliz.