viernes, 28 de agosto de 2009

Día nuevo! :)

Hoy me cuestioné el por qué escribo cuando me siento "mal" o me siento "no feliz" conmigo, con el mundo. Nunca he escrito algo cuando estoy bien y cuando me siento animado.

¿Será que la "inspiración" viene de la parte oscura de mi alma? ¿Será que las palabras son más poderosas cuando las lágrimas se acumulan en mis ojos, después de sentirme atrofiado por las situaciones? No quiero imaginarlo.

Un día como hoy, no me siento tan bien, y por ahora la hipótesis de que mis días grises implican inspiración, se mantendrá.

Hoy desperté pensando qué iba a ser de mi día (aunque sé que 8.5 horas estarán dedicadas al trabajo), qué haría en mis horas libres, eso me obnubiló. Sin embargo, al correr los minutos sentado frente a esta pantalla y tecleando palabras, me doy cuenta de que este día puede ser grande, mi cara tristona se está modificando, una leve sonrisa está apareciendo en mi rostro, sonrisa que se ve acrecentada al pasar los minutos. De una u otra forma, liberarse de ese peso que significa levantarse por las mañanas, a duras penas, sin un rumbo, es notablemente genial.

Imaginar que en poco tiempo veré a quien cautiva mis miradas, a quien cautiva mi (por mucho tiempo enceguecido, pero ya no) corazón, un corazón repleto de dicha y felicidad, felicidad que no es opacada por un despertar tenue y lúgubre, una felicidad que no sucumbe ante mis propias inseguridades.

Sin duda, con el correr de los minutos, me estoy sintiendo mejor. "When I see you smile" (8) me puso en onda nuevamente. Hoy es un nuevo día para ser y hacer feliz, está en uno darle la vuelta de tuerca correspondiente a la vida. Se puede tener todo, si uno quiere, se puede alcanzar esos benditos estados de felicidad, si se quiere. Yo quiero. Mi mente, mi alma y mi corazón están desde hace más de 3 meses inmersos en esos estados, benditos estados (y no lo digo despectivamente, en lo absoluto).

Hoy es un buen día. Lo presiento. Piénsalo, querido lector. Busca en lo recóndito de tu mente aquello, ínfimo aunque sea, que te hace feliz y ponlo a prueba. Hoy es un buen día, es cosa de atreverse a dar ese primer paso. Es cosa de creer que es posible.

Saludos a todos. Y en particular a quien se convirtió en mi cómplice, y a quien debo estas palabras, que se convirtieron de grises a ... luminosas :)

miércoles, 24 de junio de 2009

Preguntas...

Siempre me consideré de aquellos personajes que son intrínsecamente valientes, de aquellos que le ponen el pecho a las balas, de aquellos que más allá de cualquier circunstancia difícil que suponga el vivir esta vida, sabían qué decir en cada momento, sabían sacar una sonrisa luminosa de la más absoluta oscuridad, de aquellos que a pesar de todo, se sentían fuertes, vivaces, capaces, los mejores para afrontar problemas. En fin, una armadura impenetrable que ni siquiera las relaciones humanas más cordiales podían encudriñar. Un rasgo de madurez temprana, al parecer. Eso me gustaría pensar. Antes. Antes era una máscara.

No siempre se puede ser así, no siempre se puede sostener esa careta.

Alcanzar un estado de madurez total no es posible y me di cuenta, a estas alturas de mi vida. A estas alturas, en un día tan helado como esos lejanos momentos blancos por unas alejadísimas tierras australes, me siento vulnerable. Hay momentos en que soltar una lágrima me resulta natural, momentos en que el sentirse desnudo frente a las situaciones, sin poder defenderse, sin poder argumentar, sin poder decir esas frases maravillosas que antes surgían de la nada y que consolaban a todo el mundo, incluso a uno mismo. Ahora esas frases suenan frías y no consolan. Por momentos me siento inútil, al no poder entregar más de lo que sé que soy capaz. O será que simplemente ¿no puedo entregar más?

¿Cuál es mi límite? ¿Por qué un abrazo, un beso, una caricia, me devuelve a mi antiguo yo, me hacen sentir que puedo ganar mil batallas, sin siquiera sentirme dañado? ¿Por qué me rodea la candidez máxima cuando estoy en esos brazos? ¿Por qué cuando faltan esos sutiles componentes vuelvo a sentirme solo, desnudo frente a las situaciones, sin poder enfrentar mis miedos?

Es extraño. Ni yo me entiendo. Me conozco, pero no me entiendo. Quizás no me conozco lo suficiente y siempre necesité de aquella contraparte que me hiciera descubrir esa parte frágil de mi, esa parte de mi que necesita ser desarrollada o que necesita ser reestructurada. Esa máscara intrínseca que puede convertirse en mi nuevo rostro. Me di cuenta que solo no puedo. Es demasiada la carga y tan ínfimo el tiempo. Quizás lo que me dijeron hace un tiempo sea verdad: "Eres una persona de piel. Necesitas y vives de acuerdo a tus sentimientos". Al parecer tenían razón.

En días como hoy siento que mis sentimientos desbordan, pero siento que no puedo transmitirlos, redirigirlos a través de gestos, palabras o cualquier indicio de demostrar que mi felicidad ya no es sólo mía, sino que existe alguien más a quien se la debo. Pero me siento indefenso, inútilmente de brazos y manos atados. Tengo miedo de pensar que esta felicidad puede flaquear y quedar desnudo, para siempre.

Así mi día, así este momento.

domingo, 10 de mayo de 2009

Recuerdos Imborrables...

Llueve en esta ciudad.

Cada gota de lluvia genera en mi interior un calor especial, un calor sólo describible con la mirada, con la forma de los labios al pronunciar palabras de fraterno cariño. Cada gota de lluvia me hace recordar que estoy para alguien, que se me está permitido querer, sentir... amar.

En este momento mi mayor deseo es que continúe lloviendo, pues habrá alguien más feliz que yo, habrá alguien a quien el ver, escuchar, sentir, contemplar las suaves gotas de agua rodando por la ventana le provoque un estado maravilloso de contacto con la naturaleza y que sus pensamientos estarán, allá afuera, lejos de aquella ventana, cerrando tras de sí las puertas de lo obvio y saltará a contemplar la fantástica experiencia de sentir una plenitud indescriptible. Ese es mi deseo.

Las eternas gotas de agua no cesan en su gravitatorio viaje, mis ganas de empaparme de ellas , tampoco. ¿Por qué?. Porque sé que mi alma encontrará resguardo en los maravillosos brazos de aquella persona que está feliz contemplando la lluvia caer a través de los cristales y cuyos pensamientos están ahí afuera, esperándome.

Aquella vez lo pensé, un año atrás, que podía no ser el único a quien las desavenencias le jugaban una mala pasada. Un año atrás sentí que las hadas existían. Un año atrás mi vida comenzó a llenarse de majestuosidad, de momentos tan satisfactorios como era posible. Esta lluvia me lo recordó.

Sigue lloviendo en esta ciudad y mis pensamientos están lejos de aquí, cerca del origen de las lluvias y en donde los ríos de agua son un problema para todos... menos para una...

Sigue lloviendo.

sábado, 18 de abril de 2009

Estados...

Un increíble estado que muy pocos pueden conseguir en este mundo atiborrado de crueldad, guerras, rencillas, falacias y muerte, sin embargo, ese algo es infinitamente realizable, ya sea por las acciones, por los pensamientos o por la forma de ser, de sentir, de vivir. Un estado tan perfectamente posible como la probabilidad de encontrar un grano de arena en el desierto. Así de cierto, así lo creo. Es tan simple ser feliz, tan simple ver, sentir, saborear el mundo que te rodea y encontrar en las cosas más sencillas ese pensamiento fugaz que pueda provocarte, alegría. Sí, mira a tu alrededor y te darás cuenta que no estás solo, que nunca lo haz estado, que cada día es posible encontrar ese algo, ese alguien.

Lo que no es simple, en lo absoluto, es quitarse las vendas de los ojos, sacarse la mordaza de la boca, sacarse las manos de los oídos y sacarse los guantes de las manos ni menos sacarse las cadenas del corazón. Eso, queridos amigos, eso no es sencillo. Es necesario, a veces, sentir que la visión se torna oscura, que la boca se sella de tal manera que no se nos permite pronunciar, que nos cuesta escuchar el sonido de las hojas al caer en otoño, que nuestras manos sudan al no poder sentir la brisa primaveral, que no nos conmueve el llanto de un niño. Es necesario, en alguna medida, tener un remezón en nuestras vidas para lograr ese anhelado estado. Sí, lo sé, no siempre es así (en el 1% de las veces).

El hada se hizo realidad, los sentimientos brotan a mares, ahora se ve, se mira, se observa con claridad, se escuchan las hojas caer, se siente ese encantamiento que provoca la brisa marina en las manos, en las piernas, en todo mi ser.

Esto me gusta, me fascina día a día, semana a semana, mes a mes. En fin, la felicidad es una convicción muy personal que se encuentra en los terrones del camino.

domingo, 15 de marzo de 2009

Momentos...

Si de algo estoy seguro es que en el ocaso de los momentos se generan los pensamientos más claros y simples de la vida. Pero hay ocasiones en donde se pueden apreciar de la manera más transparente aquellos pensamientos restringidos por el paso del tiempo, sellados tan internamente que ni la más remota experiencia hubiera sido capaz de extirparla de aquella prisión helada y oculta a todos, pensamientos que querían salir, liberarse pese a todo, pensamientos tan humanos como el deseo de vivir en este enajenado mundo. Expulsar todo aquello por lo que se sufrió en algún momento, recordar que la vida continúa su rumbo sin que se pueda hacer más que adaptarse a los tiempos.

Quiero sentirme viviendo fuera de mi mente, realizando aquello cuanto anhelo, realizando las cosas como me parecen correctas, desatar mis manos, mis pies y correr, correr hasta desfallecer en los brazos eternos del hada más perfecta que pudo concretar la madre naturaleza. Ya no quiero evitar esta avalancha de emociones que me inundan, que llenan cada espacio de mi mente. Estos momentos son los que me hacen recordar quien soy, donde estoy, que mi existencia puede servir para que alguien más sea momentánemente feliz. La felicidad momentánea puede existir y es posible, si el corazón, la mente y el alma están dispuestas a vivirla. Una y otra vez digo, lo momentáneo no quiere decir que no pueda durar una eternidad.

Así me siento, así las cosas... así el, momento... feliz.

viernes, 13 de febrero de 2009

San Valentín... un día que...

Un día económicamente sufrido, un día en que las palomas rancias de una plaza vuelan hacia el horizonte y hacen ver a las parejas como únicas, como especiales; un día en que las notoriamente poco pensantes cabezas de muchos hombres se escabullen en mares de incertidumbre, buscando con afán el regalo perfecto que demuestre que aman a sus parejas de aquí al fin del universo y las cada vez menos románticas mujeres esperan ser tratadas como reinas, un día en que los pensamientos se pierden en el horizonte del amore...

San Valentín, Día de los enamorados ( o Día de la Amistad también, como leí por ahí), 14 de Febrero... un día perfectamente apacible para unos, para otros un día en que el caos se apodera de sus vidas, y para otros, un día más en su eterno pasar por este mundo. Me considero de la clase de personajes que prefieren pasar este día haciendo lo que se dejó pendiente ayer, de hacer lo que sea necesario para vivir un día más, de dejar al diario vivir hacer su trabajo y si existiera la vida de pareja y ésta mandara salir de la rutina y portarse como un Romeo, pues adelante. Sin embargo si existiera un Día del Amor con todas sus letras y como corresponde, ese tendría que ser una celebración de todos los días del año, como lo podría ser también el Día de las madres, el Día del Niño, el Día del dulce de membrillo y muchos otros casos que son meras alusiones a hechos tan cotidianos que no nos damos cuenta de la importancia que tienen en nuestras vidas.

En fin, la oscuridad del viento que me rodea me hace, por qué no, desear que este día aparezca una bella hada que me acurruque en sus eternos brazos de amor y que el viento se transforme en una ráfaga de luz que amenice por un día mi vida.